“Un pájaro que
vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado
a estar ahí, comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el
pestilente lodo.
Sus alas
estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran
ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el cieno y el se
dio cuenta de que iba a morir.
En un deseo
repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le
costó mucho trabajo porque había olvidado como volar, pero enfrentó el dolor del
entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando
finalmente a un bosque fértil y hermoso.”
Los problemas
son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar
el vuelo o a morir.
Nunca es
tarde. No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan
cometido, no importa las que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre
estamos a tiempo para decir ¡BASTA!, para sacudirnos el cieno y volar ALTO y muy
lejos del pantano.
Me
salvó de la fosa mortal, me libró de hundirme en el pantano.
Afirmó
mis pies sobre una roca; dio firmeza a mis pisadas.
Fuente: Luminizate
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